Querida Mónica:
Llevo tiempo queriendo escribirte.
Tu madre me mandó las increíbles fotografías que te hizo Cristina Ruiz Alameda y me quedé sin palabras.

Tú resumes en tu mirada el recuerdo de todos mis niños de comunión de este año.
Afortunadamente sois muchos y no puedo nombraros a todos. Tenéis un denominador común: luz.
Os vais con vuestros maravillosos vestidos de comunión y un deseo: que brilleis siempre.
Me habeis dado vuestras risas e incluso carcajadas con los juegos que os hacemos mientras os probamos.
Me gusta pensar que hemos formado parte, aunque muy pequeña de vuestra infancia.
Me olvidaré o no de vuestros nombres pero vuestra luz se ha quedado con nosotras.
Gracias Mónica, te deseo que empieces el colegio con mucha alegría, dale recuerdos a mamá (de ella recuerdo la lágrima que se le escapó al verte).
Y felicita a tu fotógrafa por capturar tu luz.