Para recibir a nuestro «enfant terrible», teníamos preparado un escaparate teatral.
La colección juega con sus atemporales blancos y negros y la combinación del rosa palo.
El pliegue japonés inunda los vestidos dándoles movimiento y vaporosidad.
Mi imagen preferida. Si le sumamos unas gafas de sol negras, un flequillo nos recuerda: